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Luiz Ramires (57) de Sao Paulo, Brasil, trabaja como consejero, capacitando maestros y directores de escuela sobre género y diversidad sexual. En este momento se encuentra realizando su Doctorado en Sociología de la Educación.

Convertirse en sacerdote para no cometer pecado

Cuando me di cuenta que era homosexual, fue muy difícil para mí. Empecé a sentirme atraído por otros hombres, pero me habían enseñado de que eso era un pecado. Vengo de una sólida formación católica. Sabía que la gente en la Iglesia describe a los homosexuales como personas terribles y pecadores que se van a ir al infierno. He tenido problemas para aceptar mis sentimientos. La única solución parecía no ser sexualmente activo. Por esa razón, empecé a estudiar filosofía y teología con el fin de llegar a ser sacerdote. El problema es: como resultado de la negación, tus deseos se harán aún más fuertes. En la universidad yo seguía reprimiendo mis sentimientos homosexuales, pues había muchos estudiantes apuestos mi alrededor.

La Biblia no menciona directamente la homosexualidad

Suprimí mis sentimientos a causa de la Iglesia por muchos años, hasta que alguien me señaló que la homosexualidad no es mencionada en ninguna parte de la Biblia. Si era tan malo a los ojos de Dios, ¿por qué no se habría abordado? Nunca fue el mensaje clave de las enseñanzas de Jesús. Es un problema de moralidad y cambios morales a través del tiempo. Así, empecé a entender la sexualidad y ser gay de una forma distinta.

Después de mis estudios, no me volví sacerdote. En su lugar, me mudé de Sao Paulo a Río de Janeiro por tres años. El tiempo en Río fue importante para mí, ya que durante esos años salí del armario. Me gustaba ir a los clubes y bares de ambiente homosexual, lo cual realmente me empoderó. También me mudé a Londres por un año y me puse en contacto con organizaciones de activismo LGBT. Cuando regresé a Brasil, sentí que debía haber algo que pudiéramos hacer para cambiar la situación y conocí algunas organizaciones LGBT en Brasil. Así es como mi vida como activista LGBT comenzó.

“¿Tomaste la decisión de ser heterosexual?”

Hoy en día, estoy dando capacitaciones a los maestros y directores de escuelas sobre género y diversidad sexual. Explico el significado de orientación sexual e identidad de género y de que ambos temas no tratan de decisiones personales. Normalmente les pregunto si pueden recordar lo que les ocurrió en sus años de adolescencia: “¿Tomaste la decisión de ser heterosexual?” Creo que es importante que la gente vea las cosas a través de los ojos del prójimo. Debemos difundir este tipo de discusiones al organizar seminarios, reuniones y conferencias.

La mentalidad Católica tiene un poderoso efecto

En Brasil tenemos la ventaja de que la homosexualidad no está tipificada como delito. Hay algunas restricciones para participar de las fuerzas armadas. Si dos hombres intiman sexualmente podrían ser expulsados. En la sociedad, en general, no existe un instrumento legal para prohibir la homosexualidad. Por otro lado tenemos una sociedad muy machista y homofóbica. Sólo en el año 2017, hubo 445 homicidios de personas LGBT en Brasil.

Dos tercios de la población es Católica, por lo que su forma de pensar tiene un poderoso efecto. Muchas personas creen que Dios creó a hombres y mujeres para a estar juntos y tener hijos. Sólo recientemente las personas se están volviendo más abiertas de mente: hace diez años, las encuestas evidenciaron que el 48 por ciento de las personas estaban a favor del matrimonio homosexual y que ahora ya es del 55 por ciento.

Si la Iglesia puede cambiar, la Iglesia puede empezar a cambiar el mundo

Cuando hablas otros católicos que no son parte de la jerarquía religiosa, sino simplemente personas de fe encontrarás que: no tienen una gran cantidad de prejuicios. A veces no entienden lo que está pasando, pero la mayoría de la gente es muy acogedora. Desde su punto de vista, está bien querer a otro hombre ya que para Dios todo trata sobre el amor. Así que sólo necesitamos trabajar para que más y más personas tengan esta opinión y actitud hacia las personas LGBT. Todos juntos necesitamos hacer cambiar a la Iglesia y en este sentido podemos ayudar a la Iglesia a cambiar el mundo.