La riqueza y especialidad de los dones, que las personas LGBTI pueden aportar a la Iglesia, viene desde su diversidad de Orientaciones Sexuales como también de su Identidad de Género.

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Las personas Transgénero e Intersexo (TI), al igual que las personas Gays, Lesbianas y Bisexuales, no escogen su identidad de género. La identidad de género es descubierta, no elegida. La naturaleza humana ha probado ser más diversa que las definiciones usuales sobre heterosexualidad y la conexión entre género y el sexo biológico reconocido al momento del nacimiento. Si queremos comprender plenamente la definición de Identidad de Género debemos entender también el significado de ser una persona Trangenero o Intersexo:

  • Identidad de Género: Se refiere a la experiencia de género de cada persona, tanto interna como individual, la cual puede o no corresponder con el sexo asignado al nacimiento, incluyendo la sensación corporal personal (lo cual puede incluir una decisión personal, debido a disforia de género, por una modificación de la apariencia física y/o funcional por medios medicos, cirugias u otros).
  • Transgénero: Se relaciona a una persona cuya identidad de género no corresponde a la del sexo biológico asignado al nacer.
  • Intersexo: Un término general usado para una variedad de condiciones, en las cuales una persona nace con una anatomía, reproductiva o sexual, que no parece ajustarse a las definiciones típicas de un cuerpo femenino o masculino.

La mayor parte de las personas transgénero e intersexo caminan un sendero similar de salida de closet, al igual que las personas LGB, por lo que la idea de una “elección”, con todos los riesgos y potenciales rechazos que envuelve este proceso, es difícilmente una opción pues sin lugar a dudas es el resultado de un largo proceso interno y personal. Si las escuelas enseñaran que la identidad de género es una elección, como el Papa argumentó en un reciente encuentro con obispos Polacos durente el EMJ en Julio, sin lugar a dudas, el currículum debiera ser cambiado. El trabajo duro y los esfuerzos a favor de la inclusión en la sociedad de personas TI, transgénero e intersexo, en los programas educativos de las escuelas sobre identidad de género, no son parte de una tendencia postmoderna o un lobby sesgado que busca revisar las enseñanzas tradicionales de la Iglesia o romper el tejido social. Cuando el Papa hace referencia al erróneo concepto de “Ideología de Género”, crea confusión y malentendidos dentro y fuera de la Iglesia.

La realidad TI ha sido parte de la historia de la humanidad desde sus inicios; evidenciado en el arte, la literatura y en otras numerosas representaciones en muchas culturas y religiones alrededor del mundo, sean cristianas o no, como ejemplo en Las Américas, la Polinesia y el Sudeste Asiático. La mayor diferencia es que hoy se encuentra disponible investigación y evidencia, basada en estudios de biología, sicología y psiquiatría, soporta el reconocimiento de que la identidad de género de una persona puede diferir de su sexo biológico de nacimiento.

Entendemos los grandes avances y señales mostrados por el Papa Francisco, respecto a la visibilidad reconocimiento de Lesbianas, Gay y Bisexuales Católicos, en la Iglesia. Lamentablemente, Los Católicos TI (Transgénero e Intersex), y sus familias, no han recibido el mismo trato –  a pesar del reciente encuentro del Papa con una mujer transgénero en España.

Por ejemplo, considerar que las políticas educacionales inclusivas harán creer a los jóvenes “que cualquiera puede escoger su propio sexo”, es una lectura y entendimiento erróneo de la evidencia científica e interpretación de lo que las personas TI, especialmente los Católicos TI, buscan alcanzar. El hostigamiento, la depresión, y el suicidio, especialmente esto último, es trágicamente más alto entre personas transgénero (41% más alto comparado a otras personas de su mismo rango de edad). Por lo tanto, referir este tema en las escuelas debe ser el primer lugar para proteger a los más jóvenes, especialmente vulnerables. Mensajes como el recientemente publicado por el Vaticano, no sólo contribuye al dolor y desolación, sino también refuerzan el prejuicio y la discriminación, en países o regiones, donde la Iglesia a veces ha sumado o sido testigo silencioso de la persecución y criminalización de personas LGBTI y sus familias.

La vida de una mujer transgénero en la Iglesia.

Joleen J. Mataele, dirigiendo la oración matutina, durante el encuentro Los Caminos del Amor en Roma, Octubre 2015.

Joleen J. Mataele, dirigiendo la oración matutina, durante el encuentro Los Caminos del Amor en Roma, Octubre 2015.

Joleen J. Mataele es una mujera transgénero católica de Tonga, con quien tuvimos el placer de compartir durante el encuentro inaugural de la Red Global de Católicos Arcoíris. Para muchas personas, es el ejemplo de la diversidad y riqueza que las personas LGBTI pueden traer a la Iglesia. Usualmente el movimiento Católico LGBTI es liderado por lesbianas o gays, así es que su presencia entre nosotros proveyó una nueva y holística perspectiva de que un cuidado pastoral inclusivo completo debe ser para todos.

Durante los 4 días del evento, ella dio testimonio de la realidad LGBTI Católica en su país natal y jugó un rol activo liderando las oraciones matutinas, misas y manteniendo las energías arriba para todos durante su intensa agenda. Ella se considera así misma como una Fa´afafine, la cual es la forma en que la sociedad Tongonesa describe a las mujeres transgénero. “En mi país, el concepto de que tu rol masculino o femenino debe ser consistente con tu sexo biológico, vino con el colonialismo occidental. Para nosotros, tu expresión de género es algo natural que efectivamente es descubierto a través del recorrido de tu vida y es mayoritariamente respetado y aceptado por nuestra cultura tradicional”, dice Joleen cuando se le pregunta sobre como es ser una mujer transgénero en la sociedad Tongonesa.

Ella es una dedicada activista como Directora y Cofundadora de la Red de Diversidad Sexual del Pacífico (PSDN por sus siglas en inglés), Consejera y Fundadora de la Asociación Transgénero de Jóvenes Católicos (YCTO), Ejecutiva de Relaciones Públicas en el Comité de la Liga de Mujeres Católicas (CWLC) y Conductora del Coro en la Juventud de la Capilla de Nuku´alofa. “Soy más que una activista. Me considero a mi misma también una artista, cantante y amante de la vida con la que Dios me bendijo. Si estamos aquí, juntos, para dar aire fresco a la Iglesia, debemos estar felices.”, dice cada vez que la gente le pregunta por su carisma natural y personalidad. Ella a su vez declara que no hay problema, para una persona LGBTI, en unirse a los aspectos regulares de la vida pastoral Católica en Tonga. “Cuando celebramos una Vigilia, en honor a las víctimas del tiroteo de Orlando, había allí muchos miembros de nuestro grupo de cuidado pastoral LGBTI, pues son también miembros de la Juventud Católica, la cual era de uno de los organizadores principales.”

“Soy también la orgullosa madre de 5 niños. Cada uno diferente y único. Sé y entiendo como se siente ser alguien que no es parte de los modelos de identidad de género tradicionales, especialmente cuando estoy fuera de mi tierra, pero eso no me restringe de ser una Católica, mujer y madre”, concluye.

Nuevas Esperanzas para la Inclusión

A pesar de que el escenario para Católicos TI parece retrasado, comparado a la agenda Vaticana y Católica LGB, hay muchas personas que alzan sus voces por su defensa e inclusión en la Iglesia. La mayor parte de los grupos tradicionales, de cuidado pastoral de diversidad sexual, se han trasladado desde su inicial definición como Católicos LGB a LGBTI. Esto responde a la comprensión plena de que la orientación sexual y la identidad de género, diversa, son parte de la misma ruta de inclusión y justicia en la Iglesia. De todos modos, la presencia de miembros transgénero e intersexo sigue siendo aún muy limitada. Especialmente en los países occidentales, sus historias de sufrimiento y discriminación, profundamente vividas desde edades tempranas, están frecuentemente relacionadas, directa o indirectamente, a la Iglesia.

Otra razón es que sólo unos cuantos hombres y mujeres religiosos han proveído cuidado pastoral directo hacia ellos. Ellos mismos declaran “La identidad de género no es algo que se habla o discute en el seminario, como sí hacemos con otros temas como la homosexualidad. Fue un mundo completamente nuevo para mi, cuando la primera persona transgénero vino por guía y asistencia en cuidado pastoral”, dice el Padre Pedro Labrín SJ de Chile. Pero buenas noticias vienen de sacerdotes y religiosas que expresan su simpatía por la inclusión de personas transgénero e intersexo en la Iglesia. En esta línea, el Padre Bryan Massingale de la Arquidiócesis de Milwaukee ha hecho fuertes declaraciones, como “La Iglesia no debe abandonar a los transgéneros Católicos” en Agosto 2016, para expresar su apoyo y empatía por los Católicos TI.

Actualmente, incluso en los límites de la Iglesia hay religiosos, hombres y mujeres, que están personalmente asumiendo este desafío. El testimonio de la Hermana Mónica Astorga, una religiosa de la congregación de las Hermanitas Descalzas, en Neuken – Argentina, es un testimonio viviente de ello. Ella ha sido amenazada, debido a su apoyo público a mujeres transgénero de su región, pero aún así declara que “La que está haciendo un lío aquí soy yo”, refiriéndose a una conversación que tuvo con el Papa Francisco en 2015.

Formalmente esperamos y oramos para que la Iglesia muestre más misericordia y respeto por las personas transgénero e intersexo. También deseamos expresar nuestra disposición en apoyar a la Iglesia en este proceso. De buena gana aceptamos compartir las historias y testimonios verídicos de Católicos transgénero e intersexo y sus familias. Ellos nos informarán y guiarán sobre su fe, vidas, identidad, sufrimientos y esperanzas, todo en el espíritu de la Exhortación Apostólica del Papa.

Nos gustaría recordar que la Iglesia es “La Casa de Todos” y esta incluye a nuestros hermanos en la fe transgénero e intersexo. Estamos todos en la misma búsqueda de reconocimiento, inclusión y justicia en nuestra Iglesia. Recorremos el mismo camino para una más sincera unión entre nuestra fe y nuestra orientación sexual y/o identidad de género.

Nota: A pesar de que las personas intersexo son mencionadas en repetidas ocasiones en este artículo, este se focaliza en personas transgénero. No pudiendo hacer justicia completa a las complejidades de situaciones que, las personas intersexo, pueden tener con su identidad de género.