La Iglesia Puede Cambiar: Católicos por la Igualdad LGBT

Por Michael Brinkschröder en la 2da Asamblea de la GNRC. 30 de noviembre del 2017 en Dachau (Alemania).

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Estimados hermanos de todo el mundo,

Acabamos de encontrarnos con Karl Heinrich Ulrichs, quien es frecuentemente llamado como “el primer activista gay de la historia”. Hizo un discurso notable en Munich hace 150 años. En 1867, llamó al colegio de abogados alemanes a terminar con la criminalización de los hombres que aman otros hombres. ¡Pero su grito para esta causa justa no fue escuchado! La mayoría enfureció y lo acalló. Durante su vida escribió muchos textos en los que presentaba su punto de vista sobre hombres enamorados de otros hombres. Los llamaba “Urninge”, ya que el término “homosexual” todavía no existía. Mientras más investigaba acerca de los Urninge, se dio cuenta de que no solo había mujeres y hombres que se enamoraban de personas de su mismo sexo, sino que también personas de otros tipos de identidad de género, a quienes también les dio nombres específicos. Fue muy claro con que los derechos humanos también aplicaban a este tipo de personas. Incluso el matrimonio de personas del mismo sexo también estaba en su ideario político-teológico y sus demandas.

En los últimos meses, tres cosas notables para las personas LGBTIQ han pasado en Alemania. Tres hitos que finalmente llevan las demandas de Karl Heinrich Ulrichs a un final feliz. Tres causas justas finalmente fueron escuchadas:

  1. Para nuestra gran sorpresa, la canciller Angela Merkel abrió la puerta para una decisión en el parlamento sobre el matrimonio de personas del mismo sexo, basada en la libertad de conciencia. Por 12 años bloqueó el proceso para esta decisión. Inmediatamente, los socialdemócratas aprovecharon la oportunidad para proponer el proyecto de ley que se había propuesto y estaba bloqueado. Con una clara mayoría se aprobó el “matrimonio para todos”, como lo llamamos acá. Repentinamente alcanzamos este símbolo de completa igualdad legal de lesbianas y gays en nuestro país. Para muchos de nosotros fue un momento de increíble alegría. Finalmente se hizo realidad un sueño por el que habíamos luchado tantos años.
  2. El parlamento también aprobó una ley que declara injustas e inválidas las sentencias del artículo 175, la ley anti-homosexualidad. La pena para actos del mismo sexo entre hombres había sido aumentada por el régimen Nazi a varios años de prisión. Esta ley quedó con fuerza durante la república federal hasta 1969. Durante estos años fueron arrestados y apresados incluso más hombres gay que durante la época Nazi. Los que todavía están vivos fueron una rehabilitación y reciben una compensación por los años que estuvieron en la cárcel. Por la primera vez en nuestra historia, una ley que fue aprobada por un sistema democrático fue declarada errónea a injusta, y retroactivamente.
  3. Solo dos semanas atrás, el tribunal constitucional decidió que el próximo gobierno debe proponer una ley que permita la opción de un tercer género, que se puede llamar “inter”, “diverso” o “otro”. No es suficiente permitir que la clasificación de género quede en blanco. Este caso reconoce que las personas intersexuales pueden tener una identidad que no es ni masculina ni femenina pero sí una identidad positiva. Esto se puede percibir como una revolución, porque declara que los derechos de personalidad de una persona individual son más importantes que el sistema binario de identidad de género.

Para nuestra gran sorpresa, el vocero de la Conferencia episcopal alemana le dio la bienvenida a este veredicto, así como dos académicos de teología, que lo valoraron como señal de respeto por la personalidad individual de las personas intersexuales.

Déjenme contarles un poco más profundamente lo que pasó en Alemania en los últimos años en nuestra relación como católicos LGBTI con la Iglesia católica romana.

Ya en 2011 teníamos la sensación de que algo nuevo estaba pasando en la Iglesia Católica. Varios Cardenales y Obispos hicieron nuevos tipos de afirmaciones, por ej. sobre la necesidad de incluir gays y lesbianas en las parroquias, o que apreciaban el amor y cuidado como valores positivos que se veían en muchas relaciones del mismo sexo.

26 años de papado de JP II y Benedicto XVI no habían dejado muchos activistas lesbianas y gays con esperanza de que cambiar la Iglesia Católica fuese posible. En mi asociación “Homosexuales e Iglesia”, los pocos que quedaban ya habían pensado en nuevas formas de organización. Fundamos el comité LGBT Católico, una red informal de 8 agrupaciones católicas y ecuménicas, como la red de lesbianas católicas, el grupo Estudios de Teología Gay, grupos de Sacerdotes católicos gay, y el caucus de Jóvenes Católicos Gay, a nivel nacional, y otros grupos de Magdeburg, Fráncfort y Munich. Este comité se transformó en la plataforma central de las políticas de Iglesia LGBT en Alemania.

Homosexuales e Iglesia empezó el proyecto “Católicos por la igualdad LGBT” también, fundada por la asociación Sociedad Abierta para Europa, por el cual tuve el placer de trabajar como jefe de proyecto part time.

Empezamos el diálogo en 2012, con el Directorio del comité central de católicos alemán, una organización amplia que representa a más de 20 millones de católicos laicos en Alemania, y en contacto con la federación de jóvenes católicos, mujeres católicas y trabajadores católicos. Todos fueron de mucho apoyo. No solo nos dieron espacio en su programa oficial del “Día Católico alemán”, la feria bianual de la Iglesia Católica en Alemania, sino que también pidieron a los obispos la bendición de relaciones del mismo sexo.

También nos reunimos con los obispos de Berlin y Trier, y con oficiales de alto rango de la Iglesia en sus diócesis. A comienzos de 2013, empezamos una serie de reuniones anuales con el Obispo Franz-Josef Bode, la cabeza de la comisión pastoral de la conferencia episcopal alemana y obispo de Osnabrück, mi diócesis local. En él encontramos una persona muy abierta, dispuesta a escuchar y preparada para hablar a lesbianas y gays desde su posición como director.

Durante nuestras reuniones con él y usualmente tres miembros de su equipo, nos enfocamos en un tema al año.

2013: La mejora de la legislación eclesial para empleados lesbianas y gays de la Iglesia.

2014: el lugar de gays y lesbianas en la antropología o Cómo enfrentar la idea de la ley natural?

2015: las oportunidades del sínodo de la familia para personas LGBT y sus familias.

2016: chances para institucionalizar ceremonias de bendición a parejas del mismo sexo.

2017: cuidado pastoral de personas transgénero.

Tratamos de darles a estas reuniones una estructura específica: al principio una o dos personas cuentan su historia personal, que se relaciona al tema principal de la reunión. A veces se sigue de una postura teológica desde nuestro lado. Después hay espacio y tiempo para discutir, lo que es un ejercicio común para encontrar caminos de conexión con la tradición católica, pero también para evaluar de forma crítica cuáles son las posibles formas de avanzar, y qué podría causar demasiada resistencia, o tiene una justificación demasiado débil. Al final de la reunión terminamos una propuesta concreta para un camino práctico de avance, por ej. Un training dedicado para trabajadores de pastorales y consejeros en cuidado pastoral con personas transgénero.

Este diálogo regular ha traído frutos. Pero quiero admitir que en la mayor parte de los casos no éramos los únicos grupos en la Iglesia que apuntaban en la misma dirección:

  • En términos de la legislación eclesiástica tenemos ahora la situación de que una unión civil homosexual no es una razón de despido, pero esto es solo válido para enfermeras, doctores y otros. Los que trabajan dando instrucciones (por ej. trabajadores de unidades pastorales, profesores de religión) siguen sin protección.
  • Durante el sínodo de la familia en 2015 en Roma, fue el círculo de obispos de habla alemana el que propuso un cambio en la relación entre sexo y género. Llegó al documento final del sínodo, que por vez primera incluía una afirmación positiva del género en un documento oficial de la Iglesia. En medio de la actual corriente católica dominante sobre histeria anti-género, esto se puede entender como un avance mayor hacia el reconocimiento de la diversidad de género en el futuro. Esta moción fue acompañada por la publicación del folleto “Sensibilidad de género” que contiene un entendimiento católico positivo de lo habitual en el género, relaciones del mismo sexo, condición intersexual y santos queer. Teólogos católicos alemanes han tomado el tema con enorme intensidad. Solo en 2017 han publicado tres libros sobre género, los que afirman el uso de este concepto en la Teología.
  • Al final del Sínodo, tres obispos alemanes pidieron perdón públicamente a las mujeres y personas homosexuales por haber dado prioridad a formas dogmáticos por sobre preocupaciones pastorales. No se sabe todavía qué consecuencias tiene esta disculpa pública, pero es de todas formas un importante signo de cambio.

Un importante fruto del sínodo y del Papa Francisco, “Amoris laetitia”, es una “nueva ola” de establecer equipos profesionales de trabajo que tienen la tarea oficial de hacer cuidado pastoral para y junto a personas LGBTIQ. Mientras algunas diócesis como Hildesheim, Osnabruck, Limburgo y Friburgo así como nuestros colegas en Austria en Linz e Innsbruck llevan años haciendo esto, claramente percibimos que más y más diócesis están en el proceso de seguir este camino. Una de ellas es Munich-Freising. Para inspirar este proceso, hemos desarrollado una guía conceptual de pastoral arcoíris, para asegurar que las necesidades LGTBIQ se consideren desde el principio. También refleja las contradicciones entre este nuevo enfoque pastoral y el antiguo pero todavía oficial enfoque que condena conductas homosexuales y ve a las personas homosexuales como moralmente cuestionables.

Estoy seguro de que el grupo de trabajo en cuidado pastoral va a traer muchos más ejemplos de esta nueva ola en todo el mundo, por ej. Suiza, GB, Australia, así como las muchas iniciativas pastorals inspiradas por Jesuitas hace pocos años, como Chile, Brasil, México, Sudáfrica y otros países.

Las cosas buenas necesitan su tiempo para madurar hasta que den fruto. Y hemos tenido que aprender que hay temas como la bendición de parejas que no pueden resolverse en solo un par de años. Necesitan mucho más tiempo de maduración. Sin embargo, nos mantenemos bastante optimistas para ver más progreso al respecto.

Este año hemos celebrado los 500 años de la reforma de Martín Lutero en Alemania. Por primera vez en la historia, este importante aniversario se conmemoró en amistad ecuménica. Como cristianos LGBTIQ, la mayor parte de nuestros grupos es ecuménica o trabajan de forma ecuménica. La mayoría de las iglesias luteranas regionales han institucionalizado la bendición de ceremonias de parejas del mismo sexo. Creo que son un buen modelo para la Iglesia Católica en Alemania. Al menos contribuye mucho a un antecedente de cambios y esperanza sobre los cambios en la Iglesia.

Michael Brinkschröder