El teólogo Católico, sociólogo (PhD) y profesor de educación religiosa Michael Brinkschröder es gay. En lugar de darle la espalda, lucha por la igualdad para gais y lesbianas en la Iglesia Católica Romana.

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“Son los pequeños pasos los que demuestran que estamos en el camino correcto”, dice Brinkschröder. En el 2002, él y otras personas celebraron el primer servicio de iglesia para la diversidad sexual, el cual pronto se convirtió en una institución mensual en Múnich.  Al fundarse la Red Global de Católicos Arcoíris, estableció una red de Católicos LGBTIQ en todo el mundo. Desde el 30 de noviembre y hasta el 3 de diciembre, una conferencia compuesta por casi 100 Católicos Arcoíris se realizará en Dachau y Múnich. Bajo el lema, “Atiende nuestro clamor”, participantes en la conferencia discutirán como pueden perfeccionar su estrategia para el futuro. Su objetivo es ambicioso, por decirlo menos: Quieren que el pontificado abiertamente establezca que todos los Católicos son iguales – sean estos gais, lesbianas, bisexuales, heterosexuales, diversos o transgéneros – tanto dentro como fuera de la Iglesia.

En una entrevista con Corinna Mayer, Michael Brinkschröder explica cómo construir puentes entre la tolerancia y el entendimiento mutuo, y porque vale la pena luchar por un cambio desde el interior de la Iglesia:

Sr Brinkschröder, usted es un teólogo católico, profesor de educación religiosa y homosexual. ¿Ven muchos de sus estudiantes una contradicción en esto?

Cuando salgo de closet, frente a mis alumnos, ellos se dan cuenta rápidamente que hay una disputa no resuelta entre mi persona y lo que dice la Iglesia. Cuando me preguntan si es que hay problemas a causa de esto, les respondo sinceramente “Si, los hay”. Por ejemplo, no me está permitido casarme. Tan pronto como lo hiciera, perdería mi permiso para impartir educación religiosa.

Pasa frecuentemente que los estudiantes se ponen de mi lado y expresan su visión, bastante crítica, sobre la posición de la Iglesia en esta materia. Ha sido una piedra angular, de los principios de mi enseñanza, el que sea abierto para mis estudiantes expresar estas críticas, manejar puntos de vista controversiales y compartir perspectivas nuevas. Mi clase actual estaba cansada con leer partes de la Biblia. Así es que les sugerí ver estos pasajes desde el ángulo de la diversidad sexual. Inmediatamente se entusiasmaron con la idea, pues pensaron que los ayudaría a tener una lectura más convincente de la Escrituras.  Por mi parte espero que, al hacerlo, aprendan a encontrar una conexión más cercana con la Biblia.

¿Cuándo y porque decide luchar por la aceptación de gais y lesbianas dentro de la Iglesia Católica?

Llevaba ya estudiando un tiempo teología en la Universidad cuando me di cuenta de que era gay. Esta revelación me confrontó con una decisión muy dura: decidir seguir mi carrera profesional o vivir abiertamente como un hombre gay. Hacer ambas simultáneamente era inimaginable para mí en ese momento. Me llevó un año decidirme. Al final de ese año, se volvió claro que ambos aspectos de mi vida eran esenciales, mi fe y mi identidad. Ese fue el momento en que decidí luchar. Cuando fue rechazada mi postulación a un PhD en teología, en su lugar hice mucha investigación sobre las raíces de la homofobia Cristiana dentro de la Iglesia desde una perspectiva sociológica. Debo decir que estoy orgulloso de enseñar educación religiosa. Además he encontrado mi llamado a hacer todo lo que pueda para que la Iglesia Católica acepte completamente a gais y lesbianas como miembros iguales de su comunidad.

Desde el 30 de noviembre y hasta el 3 de diciembre, los Católicos Arcoíris de todo el mundo se reunirán bajo el lema “Atiende a mi Clamor” – tomada del Salmo 17,1. ¿Por qué escogieron este Salmo?

Primero, decidimos tomar esta parte de las Escrituras porque finalmente queremos ser escuchados. Hasta ahora, la Iglesia Católica ha sido insensible a la situación de gais y lesbianas dentro de la Iglesia. Esta tradición homofóbica que ha durado por más de 2000 años, al igual que la degradación de la mujer, debe llegar a su fin. El primer paso importante hacia una búsqueda de este objetivo es comenzar a escucharnos. Un ejemplo positivo de lo que esto podría significar ha sido representado por el Obispo Bode, de la Diocesis de Osnabrück en Alemania, quien se reunió con personas transgénero y escuchó sobre sus historias de vida. Es decisivo para proveer un cuidado pastoral exitoso el aceptar a las personas tal como son y reconocer completamente la situación en que viven.

Segundo, optamos por este Salmo porque vemos la criminalización de la homosexualidad, en muchos países alrededor del mundo, como un terrible acto de injusticia. En varios países que han sido mayoritariamente influenciados por el Cristianismo y cuya población es mayoritariamente Católica, la homosexualidad es un crimen. Queremos que el Papa haga una declaración clara sobre esta materia y que abogue por la justicia. Comprobado por una gran cantidad de ejemplos positivos en el pasado, la Iglesia Católica es un importante actor en la Sociedad civil, un agente que contribuye masivamente a la formación colectiva de una voluntad política en numerosos países alrededor del mundo.

¿Cuáles ejemplos de la criminalización de la homosexualidad a través del mundo le parecen más preocupantes? ¿Dónde es peor la situación para los gais y lesbianas?

En Malawi y Camerún las conferencias de obispos Católicos solicitaron a los legisladores locales el imponer medidas más draconianas para los actos homosexuales. En forma similar, duros castigos a causa de la homosexualidad fueron introducidos en Uganda y Nigeria con el masivo respaldo de la Iglesia Católica.

En Eslovaquia, la Iglesia ofrece seminarios para gais y lesbianas con el fin de ser “curados”. Lo que personalmente me desagrada de este contexto es la hipocresía de muchos obispos que transmiten en un tono diferente una vez que están fuera de su país natal.

Viendo el nivel de aceptación que los gais y lesbianas han alcanzado en la actualidad, ¿Cómo evaluaría su actual situación en la Iglesia?

Lamentablemente, la declaración oficial sigue siendo: “Los actos homosexuales son un pecado”. Aun así, estamos en un periodo de transformación. Mientras el papado de Benedicto XVI puede ser honestamente definido como una era del hielo para la causa de gais y lesbianas dentro de la Iglesia, vemos como un deshielo los recurrente avances bajo el Papa Francisco. Esto significa que hay signos que indican un cambio. A pesar de esto, no ha habido prácticamente actos específicos o declaraciones que pudieran ayudar a gais y lesbianas en su diario vivir.

El hecho que Alemania haya introducido el matrimonio igualitario para gais y lesbianas esperamos lidere también a un cambio de posiciones en la Iglesia local.

¿Cómo maneja las criticas provenientes de sus compañeros Cristianos? ¿Entiende por qué algunos de ellos son hostiles a hacía usted y sus esfuerzos?

Me encuentro muy poco con críticas directas. Cuando a la gente le desagrada que sea gay o desaprueba mi lucha a favor de los gais y lesbianas en la Iglesia, es más frecuente que me entere de ello por terceros. Asumo que las personas que se oponen fuertemente a la homosexualidad, como un tema, con frecuencia tienen razones muy personales para hacerlo. En algunos casos pueden estar temerosos de su propia sexualidad. Para otros, puede tener que ver con ciertos patrones internalizados de pensamiento a través del tiempo. También creo que muchos temen de lo que podría resultar de estos cambios, la amenaza de que “un gran caos” se avecine – el miedo a que su Iglesia se convierta en Sodoma y Gomorra una vez que la homosexualidad sea oficialmente tolerada.

¿Cuáles pasos en específico tiene en mente cuando habla de construir puentes? ¿Cómo quiere alcanzar el entendimiento mutuo?

Me gustaría que la gente Viera el amor como un fenómeno universal, independiente de cómo se vea en su manifestación y sin considerar el género de las personas. Lo primero y principal, sin embargo, es preguntarte a ti mismo si es que vale la pena discutir sobre estos temas con alguien más. Hace tiempo que renuncie a los intransigentes. Reviso si la persona con la que estoy hablando es en general de mente abierta y si le interesa el tema. Si ese es el caso, trato de construir confianza con la otra parte al compartir conversaciones desde lo personal. En algún punto comienzo a compartir testimonio sobre mi vida. Referirnos a pasajes de la Biblia no nos lleva a ninguna parte. La mayor parte de los Cristianos gais y lesbianas han pasado por experiencias muy similares de haber sido temidos y confrontados mediante una ola de rechazo. Estas historias son inmensamente conmovedoras pues revelan mucho sobre la vida de una persona, por lo que ha pasado. Lo que es triste es que conozco a fervientes cristianos que han dejado la Iglesia diciendo que esta institución no cambiará. Estas personas fueron alienadas a un sendero al costado del jardín por políticas conservadoras como las de Benedicto XVI. En la realidad, la Iglesia es mucho más dinámica y está en constante cambio.

En los próximos 20 años, ¿Cómo cree que será la situación para los gais y lesbianas en la Iglesia? ¿Cuál es su visión para el futuro?

¿Mi visión para el 2037? Que el matrimonio entre dos mujeres o dos hombres se haya no solo convertido en un sacramento santificado, sino que sea posible obtener la bendición de la Iglesia para matrimonios del mismo sexo. Espero que la Iglesia Católica del futuro acompañe y apoye abiertamente a gais y lesbianas, que sea visto como una parte normal de la vida religiosa en muchas iglesias alrededor del mundo. Esto puede sonar utópico para algunos, pero ya es hoy el caso en algunos países.

¿Qué lo hace ser tan optimista?

El hecho de que ya tengamos equipos de acompañamiento espiritual para gais y lesbianas en muchas diócesis de Alemania. También en Austria, los Países Bajos, Suiza e Inglaterra se han hecho grandes progresos en el área de trabajo pastoral. En los Estados Unidos, cambios en este aspecto han obtenido cierto impulso. Como sea, estos esfuerzos enfrentan también una fuerte oposición. Así, paso a paso, vemos frecuentemente cambios para mejor en muchos lugares.

Como jefe de Proyecto de la iniciativa alemana “Ökumenische Arbeitsgruppe Homosexuelle und Kirche – HuK” (grupo de trabajo ecuménico, homosexuales e iglesia), lucho por la igualdad de gais y lesbianas en la Iglesia Católica. Al conformar además la Red Global de Católicos Arcoíris (GNRC) somos capaces de hacer escuchas las voces de Católicos gais y lesbianas de todo el mundo.

Si tuviera la oportunidad de dirigirse al mundo y todos pudieran escucharlo, ¿Qué les diría?

A todos los Católicos decepcionados les diría que vale la pena luchar persistentemente por los cambios dentro de la institución. Si se nos permitiera cambiar la posición de la Iglesia sobre relaciones del mismo sexo, esto resultaría en cambios sociales fundamentales en las comunidades alrededor del mundo – cambios que serían mucho más profundos y estructurales en la mentalidad de las personas que los que se generan solo desde modificaciones legales.

 

La entrevistadora fue Corinna Mayer.

La Segunda Asamblea de la Red Global de Católicos Arcoíris, GNRC, tendrá lugar desde el 30 de noviembre y hasta el 3 de diciembre en el Hostal Internacional de la Juventud en Dachau. Tiene por tema “Atiende a nuestro Clamor” (Salmo 17,1). El encuentro comenzará el jueves a las 3 pm con una ceremonia inaugural. Su punto culminante será una celebración Eucarística en la Bürgersaalkirche de Munich el sábado a las 5 pm. Los anfitriones son el “Grupo de Trabajo Ecuménico, Homosexuales e Iglesia” (HuK) y el Catholic Queergottesdienst de Múnich.

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